Camino de la excelencia

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Lagrave-Gukesh 1-0

Esta victoria es pura ficción. Como, de hecho, la mayoría de los partidos de éste y de cualquier otro torneo. Sólo un punto para Lagrave y nada más es evidente. El ajedrez de torneos moderno establece que las partidas ganadas no se justifican en el análisis ajedrecístico. Es decir, una victoria ficticia. Pero con esto se conforman tanto los organizadores como los ajedrecistas. Es como una partida de entrenamiento, pero en serio, ya que el resultado sale al mundo. Y no hay prácticamente ninguna solución a la vista. ¿Cómo podría arreglarse o curarse esta situación?

 Una alternativa es el ajedrez Goldchess. Aquí, en torneos a partir de una posición determinada y contra un ordenador al que se puede jugar porque no está jugando al nivel 3000 Elo, sino 1500, en la mayoría de los casos no se producen esas casualidades y victorias arrolladoras. Para ganar, hay que demostrar un ajedrez extraordinario y eficaz. Por supuesto, el ordenador también tiene sus debilidades y comete errores, pero sin embargo, si se comparan ambos tipos de torneos, el tradicional y el Goldchess, la tasa de error en el tradicional es del 90%, en el Goldchess sólo del 10%. Esto significa que el Goldchess es más correcto y, por tanto, más valioso como ajedrez stricto sensu y más educativo, en el sentido pleno y propio de la palabra.