Y ahora la partida Praggna-Gukesh del principio del torneo, la séptima de la lista. Una partida que podría haber detenido la marcha victoriosa de Gukesh hacia el título de aspirante, o incluso haberla frustrado. La posición tras 22 jugadas. Las blancas tienen una ventaja abrumadora, la victoria está al alcance de la mano. Ambos ajedrecistas ven un sacrificio de las pieza blancas a cambio de los dos peones centrales. Gukesh está indefenso, no tiene influencia. Por supuesto, puede no aceptar el sacrificio, pero entonces el final de peones es menos predictivo de pérdida. Así que Gukesh está preparado y espera protegerse. Y lo hizo. Se defendió y ganó. ¿Por qué? Bueno, Praggna comete un error, un error cósmico, sacrificando un afil en vez de un caballo. Debería haberse jugado al revés. Mira cómo lo hicimos en Goldchess. Tenemos, por supuesto, muchas variantes de blancas ganando, ganando en la 31ª jugada (sólo 9 jugadas para ganar), pero mostraremos el mate en la 33ª jugada. La partida satisfará plenamente las necesidades estéticas de cualquier ajedrecista.
Así es como jugamos al Goldchess y así es como enseñamos el juego. Belleza y eficacia.